Modelado de formas sobre roca
Para las formas en las que una o varias plantas arraigan sobre la roca, sin estar en contacto con la tierra, se recomienda el siguiente método de plantación.
Se inicia la preparación con la elección de las plantas y piedras. Es aconsejable usar arbolitos ya hechos. Pueden tomarse Bonsai jóvenes y viejos, o Bonsai en miniatura. En cualquier lugar es posible encontrar piedras decorativas, que den sensación de vida por su forma interesante, y que tengan una fuerte coloración, que resulta mucho más expresiva que las tonalidades de blanco o gris.
Observe bien su hallazgo para determinar si se podrá convertir en un paisaje rocoso, o bien simbolizar una montaña, un islote en el mar, o acaso un escarpado acantilado. Estos son los modelos naturales preferidos por los aficionados al Bonsai, y que también pueden verse representados como Saikei. La piedra debería tener también la superficie rugosa, con hendiduras y pequeños huecos naturales, para introducir las plantitas en ellos.
Una vez determinado el derecho y el revés de la piedra, y lo que va a ser arriba y abajo, se puede mejorar la superficie de apoyo con cemento rápido Racofix, o bien se procede a pulirlo cuidadosamente con una herramienta apropiada (o disco abrasivo). Después se ahondan las hendiduras con ayuda de un escoplo, si fuese necesario, para que los arbolitos tengan suficiente espacio para las raíces y la tierra.
A continuación se preparan los ejemplares y las correspondientes plantas cubridoras. Se necesita musgo fresco, una mezcla a partes iguales de turba y arcilla húmedas, que resulta muy útil por su buena adherencia a la piedra; también alambre de cobre o de aluminio; pegamento de dos componentes o en su lugar trocitos de plomo (bolitas o perdigones), con el correspondiente martillo y punzón; grapas en forma de horquilla, que se habrán confeccionado con el alambre, y acaso un taladro, con broca para piedra, de un diámetro de 6 mm.
Hay dos maneras de fijar los alambres, que posteriormente servirán para sujetar las plantas sobre la piedra.
Con el taladro se pueden practicar agujeros a ambos lados de la hendidura, e introducir los alambres doblados en forma de U, con el doblez hacia dentro.
Los alambres se aprisionan con ayuda de trocitos de plomo que, una vez introducidos en el agujero, se aplastan con el punzón y el martillo. Resulta más sencillo confeccionar unas bridas con el alambre y fijarlas sobre la roca con pegamento de dos componentes, y pasar luego a través de ellas un alambre de sujeción.
Antes de estos preparativos convendría volver a comprobar la situación de las plantas en la piedra, sosteniéndolas a modo de prueba en sus sitios previstos. Un consejo para las plantaciones con diferentes clases de árboles: también aquí hay que respetar las leyes naturales, plantando las coniferas en las regiones altas, los heléchos y las gramíneas, en cambio, abajo.
A continuación se humedece la piedra con agua, y se revisten todos los huecos con una capa de la mezcla de turba y arcilla, de un espesor de 1 a 2 cm. Hecho ésto, se pueden introducir las plantas. Previamente las raíces se habrán limpiado de gran parte de la tierra, quitándola con un palillo o lavándolas con agua. Se puede conservar en el cepellón de raíces tanta tierra como quepa en el hueco.
Se fijan las plantas con ayuda de los alambres. Las raíces que sobresalgan y no sea posible meter en el hueco, nunca hay que cortarlas, sino que se extienden repartiéndolas sobre la roca. Se cubren todas las raíces con una capa lo más gruesa posible de la mezcla de turba y arcilla. Luego se colocan las plantas cubridoras, se sujetan con alambre y se fijan con la mezcla de tierra húmeda. Finalmente se cubre todo con porciones de musgo húmedo, que se sujetan con las horquillas de alambre.
Toda la roca plantada se coloca en una bandeja plana y ovalada, llena de agua o de arena blanca, y se sitúa en algún lugar resguardado del viento, a media sombra. Las plantaciones en roca se resecan con mucha facilidad, y para evitarlo hay que rociarlas con frecuencia, lo que se hará con suavidad para no arrastrar la tierra en las plantaciones recientes, a causa de un riego a excesiva presión. Transcurridas unas 8 semanas se puede proceder a la primera aplicación de abono (con abono líquido). En este tipo de Bonsai sobre roca no se hace ningún trasplante, ni se le podan las raíces. Solamente hay que ir reponiendo la tierra que el riego haya arrastrado. Estas plantaciones con plantas sobre la roca, han de ser preservadas de las heladas, ya que de lo contrario las raíces se podrían desprender de la piedra.
Para dejar crecer un Bonsai por encima de la roca, se necesita una planta con raíces muy largas. Se puede escoger un plantel de vivero, bien enraizado, que esté dentro de un recipiente alto y que en consecuencia haya desarrollado raíces largas. Esta planta se podrá modelar como Bonsai antes o después de su trasplante sobre la piedra. También se pueden utilizar árbol i tos recolectados en el monte, que con frecuencia también desarrollan raíces largas.
Si se desea transformar un Bonsai en uno sobre roca, se puede estimular el crecimiento en longitud de sus raíces mediante el siguiente procedimiento. Trasplántese, por ejemplo, un ejemplar selecto de Acer palmatum desde su cuenco de Bonsai a una maceta o cubo de plástico alto y estrecho, que tenga aproximadamente la altura de la piedra escogida. El cubo se llenará con tierra más ligera que la tierra de Bonsai, por ejemplo una mezcla de turba y arena. No hay que olvidarse de practicar en el cubo unos agujeros de desagüe para el drenaje. Las raíces del árbol trasplantado podrán crecer ahora en sentido longitu-dinal, sin ningún impedimento. Cada 3 ó 4 meses se puede cortar una tira de unos 5 cm de la parte superior del cubo, quitando la tierra correspondiente, de manera que la parte alta de las raíces quede al descubierto. De este modo las raíces que permanecen cubiertas de tierra crecerán aceleradamente, para compensar la masa de raíces que se han dejado descubiertas. En el transcurso de 1 ó 2 años se van cortando cada vez más tiras, hasta que sólo queden unos 5 a 8 cm de raíz bajo tierra. A partir de este momento el Bonsai está ya preparado para su trasplante sobre la piedra. Este trasplante se puede realizar en primavera o en otoño, pero en esta última estación sólo cuando el Bonsai no tenga que soportar heladas durante el invierno siguiente.
Antes de colocar el arbolito sobre una piedra, se quita toda la tierra de sus raíces. Esto se puede hacer rascándolas cuidadosamente con un palillo, o sumergiéndolas repetidamente en agua. De esta forma se podrán distribuir con mayor facilidad las raíces por encima de la piedra. Se pueden eliminar algunas raíces sueltas, que tal vez resulten demasiado gruesas y sean un estorbo para la buena colocación, si se comprende que la planta puede prescindir de ellas. Las demás raíces no se recortan.
A continuación se meten todas las raíces en un baño de arcilla pastosa, pues por ser muy propensas a resecarse, de este modo quedarán cubiertas con una delgada capa protectora de arcilla. Luego se coloca la planta sobre la piedra, pudiendo atarla con tiras de rafia en caso necesario. Las raíces se reparten de forma decorativa, a ser posible las más bonitas hacia delante. Los extremos de las raíces se introducen en la tierra.
Todas las raíces que están colocadas sobre la piedra se cubren con turba gruesa humedecida o con musgo Sphagnum, lo que les proporciona una protección adicional contra el desecamiento. El musgo y la turba se sujetan sobre la piedra envolviéndolos con vendas de gasa.
Después de todo este procedimiento, su Bonsai estará algo debilitado y, al igual que si se tratara de un arbolito joven recién trasplantado, necesitará cuidados especiales, que ya se han descrito en relación con las otras formas sobre roca.
Hay que mantener el vendaje siempre con una humedad moderada. Después de 4 a 6 meses se podrá retirar, junto con la turba y el musgo, pues entonces la planta ya habrá echado nuevas raíces en el cuenco. El Bonsai y la piedra forman una unidad, y al cabo de dos o tres años se trasplantan juntos.
Se inicia la preparación con la elección de las plantas y piedras. Es aconsejable usar arbolitos ya hechos. Pueden tomarse Bonsai jóvenes y viejos, o Bonsai en miniatura. En cualquier lugar es posible encontrar piedras decorativas, que den sensación de vida por su forma interesante, y que tengan una fuerte coloración, que resulta mucho más expresiva que las tonalidades de blanco o gris.
Observe bien su hallazgo para determinar si se podrá convertir en un paisaje rocoso, o bien simbolizar una montaña, un islote en el mar, o acaso un escarpado acantilado. Estos son los modelos naturales preferidos por los aficionados al Bonsai, y que también pueden verse representados como Saikei. La piedra debería tener también la superficie rugosa, con hendiduras y pequeños huecos naturales, para introducir las plantitas en ellos.
Una vez determinado el derecho y el revés de la piedra, y lo que va a ser arriba y abajo, se puede mejorar la superficie de apoyo con cemento rápido Racofix, o bien se procede a pulirlo cuidadosamente con una herramienta apropiada (o disco abrasivo). Después se ahondan las hendiduras con ayuda de un escoplo, si fuese necesario, para que los arbolitos tengan suficiente espacio para las raíces y la tierra.
A continuación se preparan los ejemplares y las correspondientes plantas cubridoras. Se necesita musgo fresco, una mezcla a partes iguales de turba y arcilla húmedas, que resulta muy útil por su buena adherencia a la piedra; también alambre de cobre o de aluminio; pegamento de dos componentes o en su lugar trocitos de plomo (bolitas o perdigones), con el correspondiente martillo y punzón; grapas en forma de horquilla, que se habrán confeccionado con el alambre, y acaso un taladro, con broca para piedra, de un diámetro de 6 mm.
Hay dos maneras de fijar los alambres, que posteriormente servirán para sujetar las plantas sobre la piedra.
Con el taladro se pueden practicar agujeros a ambos lados de la hendidura, e introducir los alambres doblados en forma de U, con el doblez hacia dentro.
Los alambres se aprisionan con ayuda de trocitos de plomo que, una vez introducidos en el agujero, se aplastan con el punzón y el martillo. Resulta más sencillo confeccionar unas bridas con el alambre y fijarlas sobre la roca con pegamento de dos componentes, y pasar luego a través de ellas un alambre de sujeción.
Antes de estos preparativos convendría volver a comprobar la situación de las plantas en la piedra, sosteniéndolas a modo de prueba en sus sitios previstos. Un consejo para las plantaciones con diferentes clases de árboles: también aquí hay que respetar las leyes naturales, plantando las coniferas en las regiones altas, los heléchos y las gramíneas, en cambio, abajo.
A continuación se humedece la piedra con agua, y se revisten todos los huecos con una capa de la mezcla de turba y arcilla, de un espesor de 1 a 2 cm. Hecho ésto, se pueden introducir las plantas. Previamente las raíces se habrán limpiado de gran parte de la tierra, quitándola con un palillo o lavándolas con agua. Se puede conservar en el cepellón de raíces tanta tierra como quepa en el hueco.
Se fijan las plantas con ayuda de los alambres. Las raíces que sobresalgan y no sea posible meter en el hueco, nunca hay que cortarlas, sino que se extienden repartiéndolas sobre la roca. Se cubren todas las raíces con una capa lo más gruesa posible de la mezcla de turba y arcilla. Luego se colocan las plantas cubridoras, se sujetan con alambre y se fijan con la mezcla de tierra húmeda. Finalmente se cubre todo con porciones de musgo húmedo, que se sujetan con las horquillas de alambre.
Toda la roca plantada se coloca en una bandeja plana y ovalada, llena de agua o de arena blanca, y se sitúa en algún lugar resguardado del viento, a media sombra. Las plantaciones en roca se resecan con mucha facilidad, y para evitarlo hay que rociarlas con frecuencia, lo que se hará con suavidad para no arrastrar la tierra en las plantaciones recientes, a causa de un riego a excesiva presión. Transcurridas unas 8 semanas se puede proceder a la primera aplicación de abono (con abono líquido). En este tipo de Bonsai sobre roca no se hace ningún trasplante, ni se le podan las raíces. Solamente hay que ir reponiendo la tierra que el riego haya arrastrado. Estas plantaciones con plantas sobre la roca, han de ser preservadas de las heladas, ya que de lo contrario las raíces se podrían desprender de la piedra.
Para dejar crecer un Bonsai por encima de la roca, se necesita una planta con raíces muy largas. Se puede escoger un plantel de vivero, bien enraizado, que esté dentro de un recipiente alto y que en consecuencia haya desarrollado raíces largas. Esta planta se podrá modelar como Bonsai antes o después de su trasplante sobre la piedra. También se pueden utilizar árbol i tos recolectados en el monte, que con frecuencia también desarrollan raíces largas.
Si se desea transformar un Bonsai en uno sobre roca, se puede estimular el crecimiento en longitud de sus raíces mediante el siguiente procedimiento. Trasplántese, por ejemplo, un ejemplar selecto de Acer palmatum desde su cuenco de Bonsai a una maceta o cubo de plástico alto y estrecho, que tenga aproximadamente la altura de la piedra escogida. El cubo se llenará con tierra más ligera que la tierra de Bonsai, por ejemplo una mezcla de turba y arena. No hay que olvidarse de practicar en el cubo unos agujeros de desagüe para el drenaje. Las raíces del árbol trasplantado podrán crecer ahora en sentido longitu-dinal, sin ningún impedimento. Cada 3 ó 4 meses se puede cortar una tira de unos 5 cm de la parte superior del cubo, quitando la tierra correspondiente, de manera que la parte alta de las raíces quede al descubierto. De este modo las raíces que permanecen cubiertas de tierra crecerán aceleradamente, para compensar la masa de raíces que se han dejado descubiertas. En el transcurso de 1 ó 2 años se van cortando cada vez más tiras, hasta que sólo queden unos 5 a 8 cm de raíz bajo tierra. A partir de este momento el Bonsai está ya preparado para su trasplante sobre la piedra. Este trasplante se puede realizar en primavera o en otoño, pero en esta última estación sólo cuando el Bonsai no tenga que soportar heladas durante el invierno siguiente.
Antes de colocar el arbolito sobre una piedra, se quita toda la tierra de sus raíces. Esto se puede hacer rascándolas cuidadosamente con un palillo, o sumergiéndolas repetidamente en agua. De esta forma se podrán distribuir con mayor facilidad las raíces por encima de la piedra. Se pueden eliminar algunas raíces sueltas, que tal vez resulten demasiado gruesas y sean un estorbo para la buena colocación, si se comprende que la planta puede prescindir de ellas. Las demás raíces no se recortan.
A continuación se meten todas las raíces en un baño de arcilla pastosa, pues por ser muy propensas a resecarse, de este modo quedarán cubiertas con una delgada capa protectora de arcilla. Luego se coloca la planta sobre la piedra, pudiendo atarla con tiras de rafia en caso necesario. Las raíces se reparten de forma decorativa, a ser posible las más bonitas hacia delante. Los extremos de las raíces se introducen en la tierra.
Todas las raíces que están colocadas sobre la piedra se cubren con turba gruesa humedecida o con musgo Sphagnum, lo que les proporciona una protección adicional contra el desecamiento. El musgo y la turba se sujetan sobre la piedra envolviéndolos con vendas de gasa.
Después de todo este procedimiento, su Bonsai estará algo debilitado y, al igual que si se tratara de un arbolito joven recién trasplantado, necesitará cuidados especiales, que ya se han descrito en relación con las otras formas sobre roca.
Hay que mantener el vendaje siempre con una humedad moderada. Después de 4 a 6 meses se podrá retirar, junto con la turba y el musgo, pues entonces la planta ya habrá echado nuevas raíces en el cuenco. El Bonsai y la piedra forman una unidad, y al cabo de dos o tres años se trasplantan juntos.
Formas sobre roca
Hay dos formas fundamentales en la educación de un Bonsai sobre roca: Bonsai que tienen sus raíces en la misma roca y que no tienen ningún contacto con la tierra del tiesto, y Bonsai cuyas raíces crecen rodeando la roca, hasta llegar a arraigar en la tierra.
Se consiguen buenas plantaciones sobre roca, si las plantas, las piedras y el cuenco forman una unidad. Tendrán naturalidad si, al igual que se hace con los bosques de Bonsai o con el Saikei, se realiza un croquis para poder decidir mejor cómo combinar las piedras y las plantas de la forma más idónea. Naturalmente ello depende de qué parte de un paisaje rocoso se pretenda reproducir, y de la perspectiva que se escoja. Se puede elegir entre un paisaje visto de cerca o visto de lejos. Estas reflexiones determinan la correlación entre sus dos elementos básicos. Las piedras se convierten en verdaderas montañas rocosas si los árboles que se han plantado encima son de tamaño pequeño, pero se vuelven pedruscos si los árboles las dominan en su tamaño. En el primer caso se tratará de plantas arraigadas sobre la misma piedra; en el segundo caso, de plantas cuyas raíces, rodeando la piedra, han arraigado en el suelo. Pero también hay muchas variantes de estas formas principales; por ejemplo, las raíces de un Bonsai sobre roca pueden extraer las sustancias nutritivas en parte de la misma roca, y en parte de la tierra del cuenco. Las plantas pueden estar ya previamente modeladas y alambradas , antes de ser colocadas en la roca, o pueden haber recibido sólo una educación muy primaria.
La realización de Bonsai sobre piedras le permitirá dejar correr la imaginación ilimitadamente. Sin embargo, se debería evitar que piedras y plantas relacionadas entre sí sean del mismo tamaño, pues ésto restaría naturalidad y vida a la plantación.
Los recipientes utilizados para plantar Bonsai sobre roca suelen ser bandejas poco profundas, en colores reposados y neutros.
Se consiguen buenas plantaciones sobre roca, si las plantas, las piedras y el cuenco forman una unidad. Tendrán naturalidad si, al igual que se hace con los bosques de Bonsai o con el Saikei, se realiza un croquis para poder decidir mejor cómo combinar las piedras y las plantas de la forma más idónea. Naturalmente ello depende de qué parte de un paisaje rocoso se pretenda reproducir, y de la perspectiva que se escoja. Se puede elegir entre un paisaje visto de cerca o visto de lejos. Estas reflexiones determinan la correlación entre sus dos elementos básicos. Las piedras se convierten en verdaderas montañas rocosas si los árboles que se han plantado encima son de tamaño pequeño, pero se vuelven pedruscos si los árboles las dominan en su tamaño. En el primer caso se tratará de plantas arraigadas sobre la misma piedra; en el segundo caso, de plantas cuyas raíces, rodeando la piedra, han arraigado en el suelo. Pero también hay muchas variantes de estas formas principales; por ejemplo, las raíces de un Bonsai sobre roca pueden extraer las sustancias nutritivas en parte de la misma roca, y en parte de la tierra del cuenco. Las plantas pueden estar ya previamente modeladas y alambradas , antes de ser colocadas en la roca, o pueden haber recibido sólo una educación muy primaria.
La realización de Bonsai sobre piedras le permitirá dejar correr la imaginación ilimitadamente. Sin embargo, se debería evitar que piedras y plantas relacionadas entre sí sean del mismo tamaño, pues ésto restaría naturalidad y vida a la plantación.
Los recipientes utilizados para plantar Bonsai sobre roca suelen ser bandejas poco profundas, en colores reposados y neutros.
Árboles de varios troncos y grupos de árboles
Los japoneses sienten aversión por los números pares, y sólo es usual el número dos. Evitan especialmente el cuatro y el seis. Así pues, prescinden deliberadamente de la simetría, tan importante para un europeo. Estos criterios inciden en gran manera en el modelado de Bonsai.
Sokan. Tronco gemelo Dos troncos de diferente grosor crecen de la misma raíz (padre e hijo).
Sankan. Triple tronco Tres troncos de diferente grosor crecen de la misma raíz (padre, madre e hijo).
Kabudachi. Tronco múltiple Es la denominación que se da a todos los Bonsai en los que varios troncos crecen de la misma raíz.
Ikada. Forma de balsa Se entierra un tronco en la tierra en posición horizontal. Las ramas se educan de manera que parezcan diferentes troncos.
Netsuranari. Forma reptante De una raíz horizontal crecen varios troncos, dando la impresión de un grupo de árboles.
Yose-ue. Bosquecillo Se plantan varios árboles de distintas edades en un cuenco. Se consigue así la impresión de un bosque.
Sokan. Tronco gemelo Dos troncos de diferente grosor crecen de la misma raíz (padre e hijo).
Sankan. Triple tronco Tres troncos de diferente grosor crecen de la misma raíz (padre, madre e hijo).
Kabudachi. Tronco múltiple Es la denominación que se da a todos los Bonsai en los que varios troncos crecen de la misma raíz.
Ikada. Forma de balsa Se entierra un tronco en la tierra en posición horizontal. Las ramas se educan de manera que parezcan diferentes troncos.
Netsuranari. Forma reptante De una raíz horizontal crecen varios troncos, dando la impresión de un grupo de árboles.
Yose-ue. Bosquecillo Se plantan varios árboles de distintas edades en un cuenco. Se consigue así la impresión de un bosque.
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